Amor a Quemarropa es un libro osado, crudo, irreverente pero sincero, de respiraciones cortas y aliento contenido ante lo imprevisible, donde el narrador usa la licencia del literato para entregar un conjunto de relatos que lindan con la insolencia que sólo su juventud es capaz de liberar. Con estilo correcto su autor despliega un contexto de atrevida obsesión por la muerte -léase intención criminal en los personajes-, y un permanente desenfado sexual donde es imposible tropezar con limitaciones. Estamos ante un texto fuerte, impactante y amoral al estilo de Stirner y Nietzsche, en cuanto no admite sanción en las conductas absolutamente ajenas a cualesquiera consideraciones del bien y del mal. En términos generales el manejo del discurso es interesante, y así vemos que sin ahondar en análisis de los episodios escabrosos, podemos distinguir la alternancia en "Paz" (pag. 55), lo insólito en "Al Escritor" (43); y una clara influencia de Guy de Maupassant en "Concierto" (41) y "Regalo" (67), al dejar en suspenso al lector que desconoce el final de lo que se cuenta. Amor a Quemarropa es un buen libro. raul galvez cuellar Lima, 04 de noviembre de 2009 |
jueves, 5 de noviembre de 2009
AMOR A QUEMARROPA, de JESÚS JARA
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