MI RETRATO
Soy mi fotografía
que no envejece
porque puso un espejo al medio
formando el ángulo preciso
para vernos
a través del espejo,
pues directamente
no nos vemos
por haber interpuesto
un diccionario.
Puede ser un equilátero
o un isósceles si lo prefieres,
pero lo cierto es que detengo el tiempo
y soy eternamente joven
desde bien adentro de mis ojos.
Que miran desde el espejo
cómo me cae la nieve,
cómo la muerte se acuesta,
se acomoda lentamente,
se acurruca en los surcos,
en las grietas, hondonadas
de mi rostro, y que mis manos
se cuartean multiplicando
sus geometrías arrugadas.
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