DE NO HABER TENIDO UNA VENTANA HACIA LOS ÁRBOLES Y EL CIELO POR DONDE SURCAN LAS AVES CON SUS CANTOS; QUIERO DECIR QUE SI NO HUBIERA VISTO PERMANENTEMENTE A LA NATURALEZA, JAMÁS HUBIESE PODIDO ESCRIBIR UNA SOLA PALABRA. Raúl Gálvez Cuéllar, Lima, 20 de setiembre de 2012 |
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