TODOS VUELVEN
(Por Raùl Gàlvez Cuèllar)
(Por Raùl Gàlvez Cuèllar)
Cuando regreso a Lima con mi esposa Lucyta, cargando maletas y/o maletines de mano, nuestra vecina suele recibirnos con una sonrisa y la frase "todos vuelven". No hubiera escrito estas líneas, si hoy ingresando a Lima no hubiésemos visto - desde el carro que nos traía-, un violento asalto de tres malhechores contra una pareja de estudiantes. Tras forcejeos, golpes, carreras y andanadas de piedras, distinguimos finalmente que algunos policías perseguìan a los ladrones. Entonces concebí la idea de hacer este Artículo. Como reflexión del contraste.
Volvíamos de un viaje de placer, del encantador pueblo de Antioquìa, beatífico lugar de casas artísticamente pintadas. En estos momentos estamos saboreando una manzana, obsequio de una bolsa de frutas de la dueña de casa que nos alojó: que nos confió las llaves interiores y de la puerta de calle, mientras ella salía para cosechar en su chacra.
Pero nosotros queríamos conocer más, y alquilamos un auto que nos condujo a Cochahuayco, a Villapampilla y a Orcocoto, pequeños y silenciosos paraísos entre cordilleras, donde todo lo que existe es paz, aire puro y sol.
En el trayecto de retorno hicimos una parada en Cieneguilla para saludar a nuestro amigo poeta Renàn Vargas, quien nos hospedó en cómodo bungalow. Jugamos billas, y oh sorpresa, mi esposa Lucyta me ganò tres mesas contra una. Pero arriesgando mi reputación (fundada o no) de caballero, tendría que agregar en honor de la verdad, que al embocar varios "sapos", ganaba con las justas a mi calificada contendora.
Ahora Uds pensarán ¿pero qué nos importa todo esto?...
Mi reflexión (que aspiro despierte y avive otras en mis amigos), es cuestionar si esto es vida para alguien que se crea poeta. ¿Cuántos años de vida me quedan?. ¿Debo seguir en esta terrorífica Capital, catapultado por mi suerte, cuando hay tan bellos pueblos entre los Andes?...
Obviamente tengo respuestas que callar hasta que los hechos hablen.
Al término de estos apuntes para la Sociedad de Poetas y Narradores, deseo añadir que teniendo pendiente varios prólogos y trabajos de análisis literarios, mi mayor preocupación es avanzar en mis investigaciones filosóficas de mancomùn con el filósofo peruano José Pablo Quevedo, sobre la Dialéctica Regresiva, Repetitiva y Diferenciada.
Y que hasta que concretemos este caro sueño, no creo que haya lugar para el reposo.