jueves, 31 de marzo de 2016

V E R Ó N I K A M E N D O Z A

D É C I M A     E S P I N E L A    ( Por Raúl Gálvez Cuéllar )


Y PARA CAMBIAR LA HISTORIA
DEL PERÚ Y DEL CONTINENTE
LLEGA LA IZQUIERDA AL PODER
CON VERÓNIKA MENDOZA.

                         I

Siempre que había elecciones
escapaba del país
-que es mi auténtica raíz-,
y me iba en vacaciones.
Pero nuevas ocasiones
que vaticinan victoria. 
me obligan a ver la gloria
de aplastar la corrupción,
cancelar la transgresión
Y PARA CAMBIAR LA HISTORIA.


                        II

Y no es que me trepe al coche
ahora que está subiendo
si todos estamos viendo
como se acaba la noche.
Por eso digo sin roche
lo que hay que tener presente
para siempre en nuestra mente:
que Verónika es capaz
de brindar la ansiada paz
DEL PERÚ Y DEL CONTINENTE.


                        III

Por ser de la vieja guardia
exhorto a estar muy unidos
en las luchas confundidos
en las líneas de vanguardia.
Y cuidar la retaguardia
sin jamás retroceder,
avanzando hasta vencer.
Y arriba las emociones
porque en estas elecciones
LLEGA LA IZQUIERDA AL PODER.


                         IV

Para una buena gestión
en derechos laborales
y recursos naturales,
agua y gas de la nación.
Cambiar la Constitución,
esto que sí es seria cosa
como cuando abre una rosa.
Con fe inmensa me renuevo
pues tenemos rostro nuevo
CON VERÓNIKA MENDOZA.

                --------------

Con mi abrazo fraterno, solidario, revolucionario y combativo:
                             Raúl Gálvez Cuéllar,

Chaclacayo, 31 de marzo de 2016


Atentamente para mis distinguidos lectores. rgc




martes, 1 de marzo de 2016

La pluma que hace latir el corazón de un pueblo llamado Huacho‏




A Julio Solórzano Murga, el Quijote aficionado de la pluma comprometida.

Hombre de pluma hacedora y energía vital
poeta nato, sensible a lo Vallejo.
Un gigante libre de estatura mediana, bigote ralo,
compañero tempranero de la vida
que mueve el mundo en la llanura de sus manos
y en la montaña de su rostro moreno alumbran sus ojos fijos
como dos faros atenienses
atisbando la brisa marina de la mañana.

Tenaz pájaro rebelde
que vuela con trino desde el bosque de Heraud
hasta los redobles de Scorza,
hijo lírico del verso comprometido y la prosa denunciante
caminante de un abecedario encendido
que nació en la luz de su niñez,
atizada por una fogata de talento,
que hacen latir el corazón de un pueblo llamado Huacho
junto a Valle Buendía, Flor De María Drago…
y los milagros ya acontecidos,
una fe probada en la firmeza de sus años,
un pensamiento abierto que ha surcado el pacífico oleante
remedando las sombras oceánicas
con los remos de la razón.

Así es Julio Solórzano, ya un vate de patria universal,
en la propia definición de su poesía que se llamará: tiempo,
en la fertilidad de la tierra que se llamará: aroma y pan,
en el rumor de un mar que se llamará: horizonte
recorrerá la ruta de su alma con la teología de sus versos
eternizando su canto en las plazas, las calles,
las aulas de una escuela con esa memorable oda
“Cuando muere un poeta”: se calla la vida,
se queda en silencio el mundo, se eclipsa el día…,
pero mientras el sol rompa la aurora
con la singular estampida de la mañana
encontraremos ese paraíso escondido
que finge un libro entre sus páginas,
en el andamiaje de una biblioteca
con todas las voces resucitadas de los poetas,
con sus memorias vividas,
con sus afanes cotidianos entre sus pasos,
agitando masas, levantando banderas libres
y socavando la bienvenida y el adiós de los hombres
bajo ese frágil acierto de la consagración y la duda
como los únicos seres que por otros respiramos,
abrazamos y vivimos.


Del Libro "Alas para el Tiempo" de Oscar Castillo Banda

Viajero del mundo‏



A Jorge Aliaga Cacho, heredero de un ideario social


Vendaval ruido, pájaro alado de pluma pensante
vocero de la extendida palabra
arrullador romántico del renglón seguido
sindicalista emergente de las causas justas
movilizador de juventudes,
semillero anunciador de la protesta
hombre social y clasista
combativo en la oralidad de su lenguaje
que anida la vida una lluvia de forastero
en la tierra seca y circundante
que atiza su llamarada como centellante relámpago.

Viajero empedernido desde el océano pacifico
hasta el otro lado del atlántico
pero siempre llevando en hombro la patria viva
que levita en su corazón como un Quijote
de esta América grande,
como un Dante idealizando
su canto a la musa ideal de sus sueños,
como un Ulises que desde su exilio vuelve a su Ítaca peruana
así es Jorge Aliaga Cacho del verso combatiente,
un amigo universal de vuelo libre.
Vistiendo al amor en todo idioma
en ese verso armiño
de mujeres buenas y mujeres malas
que es la confesión franca del poeta
que alerta una adhesión protectora en la esperanza de la tierra
siendo ésta la única gratitud fecunda del hombre
que en su vasta luz nos alumbra
y en su sombra oscura nos duerme con su naturaleza viva
abrigando toda existencia humana.
Esa es la piedra filosofal de Jorge Aliaga,
un caminante que le ha puesto alas a su tiempo,
un hombre que se moviliza en los cristales de la palabra,
un huésped que vivirá por siempre
en el velero de su eterno idilio, su patria.


Del Libro "Alas para el tiempo" de Oscar Castillo Banda.



Hombre del orillero mar‏



A José Pablo Quevedo, que ha dibujado el universo
sobre el lienzo de la patria ausente
en los deshielos del tiempo con su arte regresivo.

Hombre de inconquistable saber, 
ciudadano universal de orillero mar
y acaracolada existencia
de estatura filosófica y de corazón libre,
con sus pies andantes arrastra sus memorias
por el éxodo perseguido de su pluma
esa inútil barbarie terrenal de mezquina razón.

Pero allí viene José Pablo por el estrecho camino
trayendo en su espalda una carga emotiva de coraje,
ataviando un tercio de pinceles bajo el brazo
caminando en la noche desparramada
bajo el lienzo de su acuarela roja,
tatuando la piel del mundo con sus dedos apretados
sobre los flancos estrellados
amoldando en sus alas desplegadas
el vuelo de la dimensión justa
en los versos de su voz y su palabra.

Ese es el anarquista que conocemos,
vestido a la sombra espiritual de Ghandi,
por el dolor que aprieta la garganta
como torsos de guerra que eclipsan el día
en manos cavernarias que habitan la noche.
siendo el Vallejo que se ha quebrado
en el exilio ausente de la patria privada
en cuya tempestad se rompe el silencio
mecida por el tiempo la edad de un niño
haciendo pleno el universo de su discurso,
suavizando la conciencia más dura, el ideal más vil
cuyos dardos palpitantes se han ido doblegando
al pensamiento modesto del eterno forastero, Pablo.

 Del Libro "Alas para el tiempo" de Oscar Castillo Banda.





Al hombre de los aforismos‏



A Raúl Gálvez Cuellar, por desnudar el universo
con su palabra comprometida.

Hombre de rolliza estatura y gravitante saber, 
de semblanza austera y franca, 
afianzada sobre una montañosa barba, 
que esconde el mundo con sus labios lisonjeros, 
que cuando hablan, fluyen voces de emotiva rebeldía 
confesando ideales exactos en la rebelión 
de sus pensamientos. 

Sus ojos, dos luceros luminosos 
sujetados en esas órbitas lunares 
que son tus anteojos limpios 
que reflejan el prado de dos anchos patios... del mundo. 

Su larga melena, un ritual clásico de estoico vate 
y su espíritu una travesía sin límites. 
Sobre su cabeza reposa un sombrero 
como aureola que da sombra a su ideario voraz, 
ese es Raúl Gálvez Cuéllar, el caminante del aforismo, 
que juega como un niño grande en su Gato Egipcio, 
y celebra sus pintorescas andanzas de educador 
en su Yerbabuena; un lazarillo del verso y la sentencia, 
en cuya espuma fresca reposa sus pies descalzos, 
en cuyas manos se esculpió la arcilla de su niñez, 
en cuyos brazos levantó la bandera y el libro, 
en cuyas páginas hoy se sujetan sus años, 
en cuya libertad se acuñará su palabra 
y en cuya realidad jugará el Sosiego de Dios 
en el estoico laberinto de su pluma. 

 Del Libro "Alas para el tiempo" de Oscar Castillo Banda.