viernes, 19 de febrero de 2010

A F O R I S M O S

He aquí algunos de mis Pensamientos que en breves días aparecerán en mi nuevo libro "Aforismos", escrito en mi paso por el "Bulevar de los Autores" de la Casa de la Literatura Peruana.

  • Mi máxima aspiración es dejar algo que contribuya al bienestar general.
  • Hasta el momento la ciencia ha sido incapaz de crear una novia sin suegra y un político que diga la verdad.
  • Prefiero luchar contra un enjambre de abejas asesinas, antes de encontrarme con un incansable orador.
  • Tropezamos con la verdad que no la vemos.
  • Hoy regala algo y será un buen día para ti.
  • Dios me dio una infancia triste y una vejez feliz.
  • Mejor es sembrar en las almas que en el campo.
  • Acostúmbrate a ser el más severo crítico de ti mismo.
  • Nunca trates de convencer a un necio: sería como exigir a un cerdo que escriba una poesía.
  • No necesitas costosas bibliotecas si tienes abierto el libro de tu corazón.
  • Si el perro ladra un rato y cuida la casa, el hablador habla todo el día y destroza la mente.
  • Creí que tenía amigos ricos, pero me han decepcionado y ahora vivo convencido del poder destructivo del dinero.
  • El mejor número de la suerte es el de ponerse a trabajar.
  • Elogia con sinceridad las virtudes del prójimo y verás que se abren de par en par las puertas de tu alegría.
  • Los médicos odian a quienes gozan de buena salud.
  • Por favor no pongan en mi ataúd una almohada blanda porque no me acostumbro.
  • Con un promedio de cuarenta horas semanales a los alumnos, explicándoles las costumbres de los animales, cambiaría la humanidad y desaparecerían todas las guerras.
  • La risa, la calidad de vida en familia y otros logros del espíritu que buscan la paz, son en el fondo pretextos para disimular la tristeza de existir.
  • Si volviera a nacer no postularía a ninguna Universidad.
  • Disputan entre soldados y médicos para determinar quienes tienen mejor puntería para matar.
  • Nadie puede decir que en su familia no hay una oveja negra o algo parecido.
  • Para fortuna de los humanos todavía no existe un espejo que refleje el alma.
  • Cuídate de no divulgar los mayores goces de tu corazón, porque éste es el secreto de la felicidad.
  • La humanidad cosecha el producto de sus equivocaciones y el residuo de sus aciertos.
  • Ten cuidado al saborear tu chuleta porque no todos los cerdos tienen certificado de buena conducta.
  • Desconfía de quien diga que "ayuda a los pobres".
  • Uno de los mejores regalos que podríamos recibir de Dios es que vuelva mudos a todos los políticos del mundo.
  • Para disfrutar de un profundo y reparador sueño, las farmacias debieran vender conferencias y discursos en píldoras o jarabes.
  • Los heladeros no mueren: se derriten.
  • Por ética profesional las pirañas no atacan a los abogados.
  • El único circo de payasos con corbata funciona en el Congreso de la República.
  • No todo es pesimismo pues para fortuna de la humanidad se avista nuevas generaciones de luciérnagas que volarán sobre inmensas ciénagas.
  • Mis únicos bienes raíces son los de mi barba.
  • Ahora que vienen las Elecciones Presidenciales, soy capaz de cruzar a pie la frontera para escapar de este sancochado.
  • Y a propósito de sancochado, éste es mi santo preferido.

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    Si se desea leer más de mis nuevos aforismos, sírvanse ingresar a la Sociedad de poetas y Narradores, que ha tenido la gentileza de también adelantar algunos. Muchas
    gracias por su paciencia y atención.

    raul galvez cuellar,

    Lima, l9 de febrero de 2010



http://sociedad-depoetas.blogspot.com/





viernes, 5 de febrero de 2010

C A S L I P

A la Casa de la Literatura Peruana


Pita el tren, pita el tren...
el trasandino rojo,
aquí nomás, a escasos metros
donde se alargan los rieles paralelos
hasta las altas cordilleras.

Pasa el vértigo
de reflectores encendidos
para llevarse al tiempo
sonando la campana
que hace correr alegres a los niños
y a nosotros también.

Casitas felices
suben al Cerro San Cristóbal
con los colores de familias
que andan por los senderos
entre la amplia grama
que levanta palmeras y faroles.

El Rímac desborda
todos los días un rumor de frescura
que atraviesa la glorieta
bajo la sombra de sus tejas.

El río amigo
hace temblar las hojas y cantar en los nidos,
se cuela entre rejas y barandas,
juega en escaleras y puentes,
acaricia las columnas de los portales.

Aquí nomás a una cuadra
de la Plaza Mayor y Palacio de Gobierno,
rueda el estruendo del fierro:
puntual visitante de vitrales,
en las naves lector infaltable.

He ahí el Cerro San Cristóbal,
la Panamericana y el Rímac,
el Malecón con su flora y fauna...

Y he aquí la vía férrea
que sostiene al trueno
que pita y alumbra con saludo de campana,
y queda para siempre
en los flashes y recuerdos.


Raúl Gálvez Cuéllar,
Lima, 06 de febrero de 2010